Madrid: Ricardo Aguilera, 1972. — 302 p. — ISBN 84-7005-116-4.
Aaron Nimzowitch: "No soy amigo de escribir un prólogo, peró en este caso lo creo necesario, porque siendo la cuestión nueva, resultará un buen introductor.
Mi nuevo sistema no ha surgido repentinamente, sino en forma paulatina y, podría decirse, orgánica. La idea de analizar cada uno de los elementos estratégicos del ajedrez nacen de la intuición, pero realmente no sería suficiente, si sólo dijera, por ejemplo, que las columnas abiertas hay que ocuparlas y aprovecharlas y que al peón libre hay que frenarlo. El tema exige los detalles. Puede llegar a parecer cómico, pero les aseguro, estimados lectores, que para mí el peón libre tiene alma y, lo mismo que el hombre, posee aspiraciones que duermen den~ro de él, ·en forma desconocida, y temores cuya existencia apenas sospecha. Esto es extensible a la cadena de peones ·o a cualquier otro elemento estratégico. Sobre ~ada uno de ellos daré una serie de leyes y reglas que van al detalle, y contribuyen a aclarar hasta los encadenamientos misteriosos de las acciones más comunes que se realizan sobre las 64 casillas del tablero.
En la segunda parte del libro se trata el juego de posiciones, con especial atención al aspecto neorromántico. Como muchas veces se .ha dicho que soy el padre de la citada escuela, resultará interesante saber lo que pienso de ella.
Los libros de ajedrez suelen escribirse en forma doctrinal creyéndose que la obra pierde valor cuando se ponen algunos tonos humorísticos, en la convicción de que el humorismo no cabe en un libro de enseñanza.
No comparto esta opinión a la que considero completamente falsa. El verdadero humorismo contiene muchas veces más verdades internas que la seriedad más sobria. Personalmente soy ferviente partidario de los paralelos cómicos y me gusta utilizar ~os hechos de la vida cotidiana para, comparativamente, aclarar algunas facetas complicadas del ajedrez."